jueves, marzo 09, 2006

aJeNo


Íntegramente pintado de una tristeza plateada miro y me descubro ajeno. Siempre ajeno.
No me resulta fácil encontrarme debajo de las sábanas. No sé quién soy cuando me visto.

Extraño las tardes soleadas.
El amor lavado y la lluvia y las lágrimas.
Extraño la música y las musas.
Y la parte en que me violento y doy portazos.
Extraño el momento en que me pierdo y doy vueltas hasta que se me acalambran las piernas.
Y el frío académico en San Telmo.
Y las noches anotadas artesanalmente.
Y el casi nunca de un amor imposible que me lamía la cara.
Y la persecución como juego.
Extraño a mi amigo de oriente. Recortar con el las figuras de sus libros.
Y a ella que se fue y no se va nunca. Sus ojos. Nuestras miradas.
Y extraño las noches en que no dormía.
Y los duelos sin que hubiera muertos.
Y copiarme en los exámenes de geografía.
Extraño los paseos en auto.

Abro puertas ajenas a personas que no conozco. Ya no soy. Estoy, apenas. Solo soy cuando te tengo.

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